Y así comienza una relación: el prejuicio que trae la simple vista.
Y así termina una relación: apuntarlo y condenar su destino deseándole felicidad o pena.
Y en el medio: el despojo del prejuicio y el deseo de que el fin no llegue.
Mas o menos así son las relaciones, salvando los detalles (venganzas, patologías y eventuales crímenes pasionales), pero al fin nunca se acaba una relación del todo. Eso tiene su encanto desde un punto de vista muy rebuscado, pero tiene su encanto, ¿en qué? en que no se puede asegurar que en el mañana no estes para mi, o ella, o ambas.
¿Cuál fue esa promesa que hiciste? ah si, que siempre vas a estar. Siempre fue mientras duró. Siempre fue ayer, Siempre murió.
¿Y esta mal? no, ¿te culpo? no, ¿hubiera deseado haberlo sabido antes? por supuesto, ¿te hubiera evitado? quizás, ahora yo la juego de importante.
Pero tocame, antes de dormirte me gustaría que me des otro beso. Los dias son brillantes pero aún no distingo el resplandor del tesoro. Encerrame en tu gentileza, desmenuzame para saber quien soy. No olvides que las calles son campos que no mueren. Siempre nos esperan, y al volver es necesario adaptarse, buscar mil maneras de pasar el tiempo hasta volver a encontrarte.
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