martes, 15 de noviembre de 2011

A la par

"Nada, ni siquiera Dios, es más grande para uno que lo que uno mismo es.
Y quien camina una cuadra sin amar al prójimo, camina amortajado hacia su propio funeral."


A quién me dio las piernas, pero jamás me indicaría la dirección. A quién le debo la vida, y muchas veces le reclamé la muerte. A quién solamente amo.
Tu otra mitad. Te considero de tanto talento...que siempre te digo que si algún día tuviera una mínima parte de tu talento, vivirías en mi.
Solíamos saber que era disfrutar de la tardes bajo el sol, con absolutamente nada en la cabeza, y aún así, con la certeza de que siempre hay algo más... Tantos pensamientos que aún no tienen coherencia, sentido. Algunos ni siquiera son míos, sin embargo es como si siempre hubieran estado en mi cabeza.
Cuando te veo así, yéndote como un destello de luz, así me parece que somos. Un destello momentáneo, pero con la seguridad de pretendernos eternos. No existe mejor lugar que aquel donde las articulaciones se sienten a desarmar. Un lugar así, que te haga temblar al piernas al entrar, es un lugar que debiera costarte abandonar. 
No temer a que alguien te importe, pero no te aferres, no te adueñes ni poseas, pues nada es seguro. Seguro es que nada durará. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

Desea Ser Fuerte Sin Nadie Alrededor

No creo que nos hayamos alejado, porque nunca estuvimos realmente cerca.
En ciertos momentos, sugiero huir, antes que sentir. Lo aplico a mí.

Es lo que habitualmente se hace, "hacerse para adentro". No esta mal,  mientras no se prolongue por meses o años...sin embargo todos necesitan un tiempo para estar consigo mismos, no para cambiar de un momento a otro, sino simplemente para saber dónde se encuentra uno mismo en la vida, ¿o en la existencia?.
 No esta mal hacerlo todos los días, podríamos llamarlo 'la reflexión del día'. Poner en ejercicio el pensamiento: activar esa cosa gris con grietas que ya hace mucho debería haber reventado...

Recorre las calles oscuras de tu mente. Debés ser capaz de ello. Sin embargo, no sólo significa que los demás te tilden de egoísta, significa saber cómo manejar ciertas situaciones. Ser consciente de cuáles son los propios límites, valores y cuánto se esta dispuesto a sacrificar para hacerlos respetar no esta mal, no es ser aburrido, ni gil.
No esta mal. Se entiende.

Entonces, quién puede creer a todos quienes usan la ropa como un disfraz que no camufla  más que la inmensa soledad que los asola. Considero mil veces más confiables unos labios sinceros que algunas señales calculadoras que pretenden ser implícitas.
Usa las ropas comunes y desnudate ante quien lo merezca. Usa las ropas comunes mientras te convertís en un imán para los demás porque tu valor se revela sin ello que llevas puesto. Tu valor es lo que sos cuando te desarmas, cuando no existe absolutamente nadie en quien pensar en ese momento. No existe nadie más si no aprendes a caerte, levantarte y seguir.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

tus Pies, Lejanos ya







Parecía que la inercia del tiempo la mantenía estancada allí, paralizada.
Sin embargo, lo ruda que fue sencillamente se transformó en su mejor arma para enfrentarse a si misma. Se arrastró hasta la silla en el último rincón de su ser, se obligó a sentarse allí, se encadenó a esas patas y dejo que se encendiera una luz blanca, profunda, penetrante. Esa luz la iluminó durante noches, sólo transcurrieron noches. Los días eran momentos de razón y sinceridad, que en realidad se convertían en un respiro, fue la fuerza para seguir hurgando dentro de si.
Le llevó bastante tiempo dejar de mentirse y empezar a aceptarse defectuosa, mortal, infeliz, mentirosa y perfectamente idiota por desperdiciar tanto tiempo creyendo que alguien más podría arreglar el desastre que ella misma dejó hacer, ayudó a hacer y se encargó de mantener...
Y al final, pero no el final de finales, llegó a la certeza de que existir no es suficiente, vivir tampoco.
Enfrentarse verdaderamente a la tempestad es querer enfrentarla aún aceptando la condición de mortalidad. Vivir no es ser feliz, enamorarse o que el horizonte sea alguien más, no. Vivir es saberse próximamente efímero, y aún esclavizados a esa cláusula, querer seguir hasta estrellarse contra el invierno, contra su frío viento. Sin embargo, en ese lugar frío, llámese sociedad, mundo o el propio cuerpo, sólo la razón y el sentimiento autentico son las fuerzas para seguir.







sábado, 29 de octubre de 2011

el sueño post-Terapia


"Yo siempre he dicho que hay que saber perdonar a un hombre que se suicida silenciosamente, ¿quién puede juzgar los sufrimientos del otro y comprender el límite de su tolerancia?. Pero el que se mata haciendo alarde de ello para perjudicar a alguien, el que acaba con su vida por maldad, no merece perdón ni excusa alguna; es un perverso de pies a cabeza y gana que la gente escupa su recuerdo, en vez de lamentar su suicidio y compadecerlo."

Pero cuando se empieza un párrafo con la palabra "pero" lo que sigue no puede ser positivo. Sin embargo, esa frase revela un hecho sumamente positivo: simplemente se juzga por las acciones, ya que es demasiado fácil hacer rebalsar la boca de palabras.

De repente aparezco al otro lado de la vereda en un día soleado, pero no corre viento ni hace calor.
En frente esta él, un señor viejo, croto, sobre sus rodillas y es ciego. Para ver, usa sus manos. Unos momentos después se escuchan los pasos de un perro siberiano, al acercarse al viejo y sentir su olor comienza a ladrar. El perro ladra al viejo. Se acerca tanto que ya está justo a la altura de su cara y sigue ladrandole, con rabia, con fuerza, como para hacer abrir los sus ojos. Pero el viejo hasta parece sordo, porque aunque puede notar que sucede algo más allá de él,  aún no logra darse cuenta qué es. Finalmente, estira sus manos y el perro calla.
Frente a frente, ambos, el viejo reconoce el hocico a medida que lo siente con sus manos. El perro parece sentirse cómodo, callado, como si nunca hubiera tenido intención de comérselo. El viejo saca un cuchillo de su bolsillo y se lo clava en la palma de la mano: no sangra, pero se ve una fuerte herida roja. Despacio, con delicadeza, el perro se acerca y lame la herida, mientras, el viejo continua con los ojos cerrados pero viendo con la mano que tiene sana. Un momento después, el perro estira su pata y toca la herida, con la sangre sobre su extremidad la lleva hacia el hombro del viejo. Lo toca.
En ese instante comienza la metamorfosis: el viejo muta traumaticamente de piel, ahora es rosa y sus ojos están abiertos, tan abiertos que parece que su intención es ver todo aquello que no pudo -o no quiso- ver durante toda su vida. Se ve a si mismo, matizado de ese único color, reconoce su cuerpo desnudo, su cabeza, lleva sus manos sanas hacia su cara y por primera vez las contempla...
Esas manos eran su guía en un mundo oscuro, le permitieron vislumbrar las posibilidades de un mundo de nadie, donde todos son reyes pero no existe reinado. Esas manos fueron el sostén cada vez que se caía por tropezar con algo que, aunque estaba junto frente a él, no podía verlo. Las manos del viejo muchas veces lo abrazaban cuando pasaba las noches en soledad, aislado por propia iniciativa, aún sin saberlo él.


Yo seguía en la misma posición, contemplando la escena desde enfrente, un palco único donde pasé desapercibida de todo sobresalto.


El viejo observa su alrededor. Rápidamente reconoce donde se halla. Esta en un camino que comienza justo donde esta parado y termina sólo hasta donde su mirada llega. Pero él, ahora despierto, supo que ese camino sigue mucho más allá de ese punto donde llegan sus ojos. Bordeando el camino se levantan árboles de todos los tamaños y diversos verdes. Verdes desde las tonalidades más débiles, hasta el flúor más molesto que pueda existir. Los troncos son tan gruesos y algunos otros tan difusos que forman una pared perfecta que siembra misterio sobre lo que puede haber del otro lado de ella.
Enseguida nota que el tronco de los árboles esta hecho de el mismo siberiano que lo había "atacado". Él también cambió, ahora tiene un aspecto más humano. Se encuentra parado sobre sus dos patas traseras y sostiene la copa del árbol, sus extremidades se ramifican hasta confundirse con las hojas y sus ojos revelan un dejo de nostalgia, quizás por estar aferrado al suelo. Su color es gris, muchos tonos del gris lleva puesto desde las piernas que sobresalen bien erguidas desde el suelo hasta lo último que se puede ver de las ahora ramas superiores, que se abren a medida que las hojas más delicadas las pueblan.
El viejo lo reconoce, porque de todos los troncos, el perro sobresale de uno en particular a la izquierda del camino, no muy lejos del nuevo viejo renovado. Lo examina por un momento como tratando de recordar de donde le resulta familiar y de repente su expresión se transformó. Ahora sabe exactamente lo que quiere hacer: comienza a caminar hacia el perro, al mismo tiempo este último lo reconoce y empieza a moverse para desprenderse del follaje.
Parece una carrera que se desarrolla en segundos, el viejo empieza a gritarle y lanza sus brazos al aire como si buscara asustar al perro son sus gestos desaforados, exagerados, llenos de rencor. Al mismo tiempo, se puede percibir como el perro teme a la situación, al encuentro con esa otra parte de la vida que vuelve a buscarlo tal como él lo hizo momentos atrás.
Ambos ya en el camino, se detienen por un ínfimo momento y se miran. Puedo notar que esa mirada es el contacto más profundo que tienen, que alguna vez llegarán a realizar. Reconocen en cada uno al otro, la parte humana y la parte feroz, más salvaje. Saben que no existe otro momento más que ese, es la decisión. El perro siente temor. El viejo esta invadido por un cólera tan profundo que sus ojos reflejan un fuego interior y que se expresan en un nuevo grito, pofundo, doloroso, seco. El perro comienza a correr, el viejo lo sigue. Ambos se pierden en el camino. Los veo alejarse, hacia el sur.


Me despierto, es un nuevo día y son las siete y media de la mañana.







miércoles, 12 de octubre de 2011

es Crecer

"He estado intentando convencerme de que abandonar a alguien no es lo peor que se le puede hacer. Puede resultar doloroso, pero no tiene porque ser una tragedia, si uno no dejara nunca a nada o a nadie, no tendría espacio para lo nuevo.
Evolucionar constituye una infidelidad a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo...Cada día debería tener al menos una infidelidad esencial, una traición necesaria: se trataría de un acto optimista, esperanzador, garantizaría la fe en el futuro. Una afirmación de que las cosas no sólo pueden ser distintas, sino mejores."


Una frase que esta en lo más profundo de mi mente desde hace meses, que desde que la escuche fue imposible olvidarla y no hubo otra alternativa más volverla mía. Cada oración es un eslabón necesario que te lleva a resignarte al hecho de que todo pasa, y que esta perfecto que así sea.


Hay demasiado en juego a cada momento como para tomar un sólo lado de la apuesta. Pero de ninguna manera ello significa que la indecisión es la postura correcta. Muchas veces, la realidad que creemos compartir grita en silencio que no es una misma, y por supuesto mucho menos única. Por eso mismo es necesario que existan personas con la lucidez necesaria, que sean capaces de captar la esencia de ese momento y no temer a juzgar. Es absurdo pensar que se puede andar por la vida en alguna clase de impostura que te haga quedar bien con Dios y con el Diablo. Al contrario, al elegir un camino se rechazan miles de otros rumbos posibles.
En ese punto, en el de elegir, es donde el resto del mundo carece de importancia y todos son un accesorio que hasta obstruyen...pero la decisión trae no sólo riesgo, incluye el deber de confiar para elegir, para rechazar lo otro, para tomar una decisión. Es que ese es el punto, decidir es comprometerse con alguna clase de creencia. La mejor creencia, no es un sentido religioso, es aquella que se siente por uno mismo.
No se disputa aquí el autoestima, las inclinaciones culturales, ni ningún otro factor que pueda dispersar; sino la afirmación de que antes que nada el hecho de creer en el juicio propio es necesariamente el punto de origen y partida para tomar cualquier decisión.
La soledad, la soledad parece ser el segundo componente -adosado- para llegar al punto de la elección.
Una vez más, la soledad no se presenta como un sentimiento trágico, antisocial ni mucho menos soberbio. En realidad, a falta de una palabra más adecuada, la soledad es esa frontera entre el resto y uno mismo: constituye a la vez un espacio propio, donde en la intimidad cada cual puede estar, ser, pensar y encontrar la manera de reacomodar las propias estructuras para luego revelarse más crecido, más adulto... en realidad, aparentar ser más fuerte.
Todas las corrientes políticas, las religiones y los movimientos vienen a prometer más o menos lo mismo: libertad a costa del otro que no es igual a uno. Aún diciéndolo tan bruscamente, en esa frase hay por lo menos tres conceptos ambiguos: "libertad", "costa del otro" e "igual". En realidad dichos conceptos contribuyen a que las inclinaciones sigan en pie, sigan siendo referentes. Sin embargo, no existen mayores motivos para creer en otro más que la falta de confianza y seguridad en uno mismo, plantea el liberalismo. Aunque, en realidad, no es concebible la historia sin el mínimo margen de rituales paganos.
Precisamente, la función de las religiones/cultos y cualquier tipo de manifestación que deposite en un alter las veces de fuente de sabiduría, prosperidad y longevidad, constituye otro espacio donde cada uno puede hallarse en felicidad.
Por lo tanto, existen para cada uno dos espacios que deberían permanecer lo más diferenciados posible uno del otro: el intimo, el más personal y el que debería surgir por elección cuando nos desarrollamos en sociedad. El hecho de formular una oración en potencial y "deber ser" no indica más que una posición, un pensamiento utópico,mejor dicho.
De ninguna manera la felicidad es utópica, de hecho, ese pensamiento es muy conveniente. Pensar que la felicidad se encuentra "allá donde podés conseguir esto o aquello" no es la respuesta certera. Esos conceptos son trabas que se están aferradas al suelo y cuya misión es impedir continuar, seguir. La felicidad no es irrealizable, pero no es cosa de tontos tampoco. Es preciso dejar de lado todos los conceptos clásicos sobre la felicidad y aceptar el desafío de estar en felicidad, de lo contrario no queda más que la trágica, patética y lastimosa soledad en compañía.
"No hay camino, se hace camino al andar". Por supuesto, justo cuando se piensa que no hay nada que pueda disturbar el momento que se vive, pasa algo...se vuelve a trazar un camino.

domingo, 9 de octubre de 2011

PERDEDOR, GANADOR

La seducción resulta más interesante que el sexo en sí. En realidad, se continúan pero son incomparables: no tienen en común mas que el hecho que involucran a las mismas personas.
Pero ¿cuales son esos sentimientos que te hacen elegir, y corresponder, con otro? Las miradas, esas malditas miradas que poco pueden ocultar cuando el deseo se interpone y logra hacerte revelar lo mas animal, lo mas bajo y sexual. Miedo quizás, cuando el otro tiene un supuesto igual, una pareja, un alguien que es capaz de saciar todas sus necesidades mas urgentes, y hasta las humanas. Existe un otro que hace que lucha sea aun más interesante, mas larga, que valga aun mucho más...eso otro que tiene a alguien mas pero que eso lo convierte en mas deseable aún. Puede ser la respuesta sencilla también, el amor. 
Se construye, se siente, nace, crece, crece, crece y de repente no deja más que canciones mediocres, películas olvidables y tardes en charlas inútiles.Todo en nombre del amor que fue y que al final, se duda de que realmente haya existido.
Pero el camino es mucho más interesante que la parada final, que puede cambiar de acuerdo al camino que se tome. La atracción a dejar de tocar tierra firme eventualmente se tiene que apoderar de vos y hacerte volar. No es necesario que te drogues, te fumes o te pases de alcohol, solo se necesita valor. Pero cuidado, no depositemos en el amor la sensación incomparable de volar, no le concedamos tan fácilmente ese honor, y entonces, que tu cabeza no se quede vacía si no podes pensar en otra cosa que no sea ese que no te corresponde. La vida se trata de mucho más que de un otro. La vida se trata de muchos otros.
Amantes, gente soltera-solitaria que se quiere, jóvenes que se desean, un montón de boludeces cursis que funcionan a la perfección para armar y dejar que la maravillosa estructura comercial sea capaz de desarrollarse y mientras tanto, vos consumís.


Es que lo más decepcionante es que si decidís no jugar con sus reglas al principio te quedas simplemente en el vacío  desilusionado de uno mismo por haber creído que la felicidad reside en alguien más. Suena demasiado monótono, pero la sutileza es la mejor arma contra el ser humano. Así es como funciona: balada de acá, melódico de allá y de repente, sin previo aviso, ya existe una manada de descerebrados que piensa que un mensaje de texto les va a cambiar de vida.
Vida, que pueden saber ellos de la vida real, no de esa porquería fantasiosa de Yout***, y aquellas otras huevadas más que no hacen más que seguir atrofiando su cerebro de plastinila. 

viernes, 7 de octubre de 2011

Ladrillo por Ladrillo


No es sólo la desición: es que la decisión es en realidad un resultado más de todo lo demás que aconteció.
Comprender.
Tomar distancia.
Sentarse, estar y pensar.
Recuperar aquellas acciones que nos hacen humanos, únicos, distintos entre nosotros pero no necesariamente individualistas. Esa distancia entre cada una de nuestras personas que aún procura la comprensión.


Parece (¿parece?) que el mundo esta confeccionado para que los momentos de verdadera intimidad, de encuentro, se den en pocas ocasiones. Esos momentos, sin ningún intermediario, más que la razón misma, son en donde por un instante fugaz somos capaces de invitar al otro a nuestra conciencia.Dejarnos visitar y que nuestro propio terreno sea recorrido, divisado, inspeccionado, hurgado...dejarse conocer sin tapujos.


Existen momentos en los que una persona naturalmente necesita de una profunda introspección. Particularmente, esa palabra no debe denotar soledad trágica, amenazas, o peligro: al contrario, es la oportunidad de conocerse a uno mismo en la cara mas primitiva, más básica, más primaria. Se trata de de volver para descubrir que liberamos en el camino.
Como corresponde a todo lo poco, existen aún menos personas que se atreven a abrazar ese momento con toda humildad y dejan que el tiempo depure para cicatrizar las heridas en una nueva forma. No solamente ello, sino que son muchos menos quienes son capaces de reconocerse a si mismos desnudos, desarmados, y tienen la astucia de tomar las partes para comenzar a ensamblarlas...
Como si todo aquello fuera poco, resulta decepcionante el número de aquellos que tienen la certeza de que, muy a pesar del todo, sólo la seguridad del fin es la que da ventaja para no dejar de vivir. Para vivir, y no sólo existir.









martes, 4 de octubre de 2011

ALLÁ EN LA DISTANCIA

no necesitas de nadie
nadie te necesita
contactás con tierra firme
te estrellás
estas  para alguien, no sabes hacerlo
angustia, impotencia, ignorancia...
abandonar
crear
crecer
SEGUIR


La certidumbre de la muerte es lo único que debe importar. Esa seguridad afirma que todo lo demás tendrá un fin...no deseado a veces, pero lo trunco también deja rastros de sabiduría: enseñanzas.La soledad y el atractivo silencio han sido tu refugio, y desde esa trinchera sos capaz de ensamblar el mundo nuevamente para que todo tenga otro sentido: para que tu vida después de la muerte tenga un nuevo sentido.


"Abandonar no tiene porque ser una tragedia". Absolutamente cierto. Abandona ese cuerpo que ahora es obvio que se pudre, mientras que en vida corría hacia su lecho. Abandona la sensación posesiva de que no la vas a abrazar más, porque no es eso lo que importa: lo que importa es que estás sin ella, abandonada vos. Sorprendida, porque pensaste que el libertinaje te despojaba de todo sentir, porque pensaste que esa clase de actitud es la correcta para vivir la vida, para correr a la muerte.
Te estrellaste, porque no sólo el libertinaje se convirtió en algo inútil, sino que esa sensación que te dio tanta felicidad ahora es algo listo para ser abandonado.


Con cuantas personas habrás cruzado mirada...y cuantas más te esperan en el camino.


No abandones porque no podes soportarlo más, no te atrevas a abandonar porque intuis que se acerca algo peor. Abandona sólo después de haber extraído lo mejor de ella: de su mente, de su cuerpo, de sus ojos. Abandona sólo después de estar segura de que seguir es la única opción, de lo contrario sólo serias alguien más.

domingo, 10 de julio de 2011

Extracto: Aguafuertes Porteñas


Hay un tipo de hombre que no tiene color definido, siempre le da a usted la razón, siempre sonríe, siempre está dispuesto a condolerse con su dolor y a sonreír con su alegría, y ni por broma contradice a nadie, ni tampoco habla mal de sus prójimos, y todos son buenos para él, y, aunque se le diga en la propia cara: "¡Usted es un hipócrita!" es imposible hacerle abandonar su estudiada posición de ecuanimidad.
Roberto Arlt (1900-1942)

Incluso cuando habla parece llenarse de satisfacción, y da palmaditas en las espaldas de los que escuchan como si quisiera hacerse perdonar la alegría con que los agasaja. 
Esta efigie de hombre me produce una sensación de monstruo gelatinoso, enorme, con más profundidades que el mismo mar. 
No por lo que dice, sino por lo que oculta. 
Obsérvelo.

Siempre busca algo con que halagar la vanidad de sus prójimos. Es especialista en descubrir debilidades, no para vituperarlas o corregirlas, sino para elogiarlas y echarles aceite como a la ensalada. 
Es usted haragán. Pues el tipo le dirá: 
-¡Qué macanudo "fiacún" es usted! Lo envidio, Jefe... 
En cambio, usted tiene la pretensión de ser buen mozo. El fulano lo encuentra, y, parándolo, le pone las dos manos en las coyunturas de los brazos, lo mira dulcemente y exclama: 
-¡Qué elegante está usted hoy! ¡Qué bien! ¿Dónde compró esa magnífica corbata? Hombre dichoso. 
Usted camina preocupado de encontrarse enfermo. Mi monstruo localiza su obsesión y exclama, casi indignado: 
-¿Enfermo usted? No chacotee. ¡Qué va a estar enfermo! Enfermo estoy yo. 
E ipso facto desembucha tal colección de enfermedades, que usted casi lo mira con terror... y contento de hallarse doliente de una sola enfermedad. 
Se me dirá: "Son características de individuo enfermo, débil". 
Más que hombre mi individuo es una enredadera, lenta, inexorable, avanzadora. Puede cortarle todos los retoños que quiera, puede ofender a esta enredadera, del mejor modo que le dé la gana. Es inútil. El monstruo no reaccionará. 
Crece con lentitud aterradora. Clava las raíces y crece. Inútil que el medio le sea adverso, que nadie quiera ayudarlo, que lo desprecien, que le den a entender que lo peor puede esperarse de él. Tiempo perdido. La enredadera, a cambio de injurias, le devolverá flores, perfume, caricias. Usted lo despreció y él se detendrá un día asombrado ante usted, exclamando: 
-¿Quién es su sastre? ¡Qué magnífico traje le ha cortado! Sinvergüenza, no hay derecho a ser tan elegante. 
Usted dice un mal chiste; el hombre se ríe, lo "lomea" y después de ser casi víctima de una congestión por exceso de risa, dice: 
-¡Qué gracioso es usted!... ¡Qué bárbaro!... 
Y nuevamente vuelve a ser víctima de un ataque de risa, que le sube desde el vientre hasta la nuca. 
Está bien con todos. Algunos lo desprecian, otros lo compadecen, rarísimos lo estiman, y a la mayoría le es indiferente. El, más que nadie, tiene perfecto conocimiento de la repulsión interna que suscita, y avanza 
con más precauciones que una araña sobre la red que extrae de su estómago. 
Está bien con todos. Puede usted comunicarle un secreto, en la seguridad que él lo embuchará más celosamente que una caja de hierro. 
Puede usted hacerle una barrabasada. Antes de que tenga tiempo de disculparse, él le dirá: 
-Comprendo. Olvidemos. Somos hombres. Todos fallamos. ¡Ja, ja! ¡Qué rico tipo! 
Imperceptiblemente sus gajos van prendiendo. Enroscándose a las defensas fijas. No es necesario verle a él, para comprender dónde se encuentra. Más aceitoso que una biela, se corre de un punto a otro con tal eficacia de elasticidad, que allí donde haya alguien a quien festejar o adular allí tropezaréis con su sonrisa amplia, ojos encandilados y sonrientes, y manos beatíficamente cruzadas sobre el pecho. 
No le sorprenderán en ninguna contradicción; salvo las contradicciones inteligentes en que él mismo incurre para darle razón a su adversario y dejarlo más satisfecho de su poder intelectual. 
Otros se quejan. Hablan mal de la gente, del destino, de los jefes, de los amigos. El, de la única persona de quien habla mal es de sí mismo. Los demás, para los demás, exuda no sé de qué zona de su cuerpo tal extensión de aceite, que en cuanto alguien encrespa una palabra él ahoga la tempestad del vaso de agua con un barril de grasa. 
Dije que este hombre era un monstruo, y que me infundía terror, terror físico, igual que una pesadilla, porque adivinaba en él más profundidades que las que tiene el mar. 
Efectivamente: ¿se lo imaginan ustedes a este bicharraco enojado? ¿O tramando una venganza? 
"La procesión va por dentro." Exteriormente sonríe como un ídolo chino, eternamente. 
¿Qué es lo que desenvuelve dentro de él? ¿Qué tormentas? No me lo imagino... puede estar usted seguro que en la soledad, en ese semblante que siempre sonríe, debe dibujarse una tal fealdad taciturna, que al mismo diablo se le pondrá la piel fría y mirará con prevención a su esperpento sobre la tierra: el hipócrita.

lunes, 13 de junio de 2011

CUESTIONA, LUEGO CREE

Y al revés, si no empezaste del derecho.
Creer sólo por la hermosa sensación de seguridad no lleva más que a un callejón sin salida. Justo en esa pared te chocas con todo lo que creer implica: prejuicio, prejuicio, soberbia, monotonía, prejuicio.
Los olores de los ideales destrozados por la incredulidad son demasiado contaminantes y la única opción es la negación. Así se puede vivir toda una vida, o no. Y como muchas cosas en la vida, esta etapa pasa y llega la aceptación. Ahora el hecho de que los más profundos ideales están siendo avasallados por nuevas sensaciones perece remotamente posible y todo se tiñe de una cierta normalidad que permite pensar el asunto, pero siempre en el resguardo de la soledad y en silencio.
Después llega el momento de decidir qué es lo que sirve y que es lo que se va a perder, con un poco de suerte para siempre en el inconsciente, aflorando eventualmente de esas profundidades en algún sueño de media noche.

Sin embargo, creer no lo es todo tampoco. Detrás de la hermosa  fachada de la seguridad, representada en complicadas estructuras religiosas, no se halla más que el anhelo más profundo de insatisfacción no realizado: el saber el porqué de la existencia. Porqué sucede lo que pasa en este momento y no antes o después, no mejor o peor de lo que es.
Y aunque las preguntas no son lo que a la vida le gusta responder, se las pregunto igual, pero no soy ingenua: revelará el as justo cuando crea que no hay más por ganar o perder.

Lo perfecto de la movilidad del tiempo es eso, que se mueve. Es imposible encontrarse a uno mismo hoy  igual que antes, inclusive estando sentado en el mismo lugar, en la misma postura, la sensación es distinta.

Cargado de redundancia comienza un nuevo dia, donde lo de ayer es causa de ahora e influencia del después. Luego, sólo esperar que el tiempo haga de las suyas para poner todo en su lugar, o donde gustaría que este. Pero no son fragmentos pesimistas, al contrario, aceptemos por un momento al  paso del tiempo como inevitable, irreducible e inexplicable. Su poder es único, borra como el viento las huellas en la arena, renueva la esperanza del pobre espiritual y es capaz de traer armonía – a veces en simple apariencia- a las situaciones más adversas. Una verdadera religión sería la de rendirle culto al dios tiempo. Pero es ahí donde caemos en el mismo viejo error: creer que todo aquello que es querido deba ser ponderado e impuesto a los demás, “el que la tiene más grande manda”.  Resulta dificultoso  no pensar o actuar así, porque esa es la tradición: el fuerte manda, los ganadores escriben la historia, el hombre dicta las reglas que luego se encarga de violar.
Paradójicamente, el ser humano que busca incesamente la libertad es el mismo humano que se halla constantemente atrapado en sus propios paradigmas, muchas veces contradictorios, incoherentes de acuerdo al tiempo histórico y donde la única regla aparentemente lógica es clasificar lo antes posible cada nuevo hallazgo; sólo para que lo demás no carezca de sentido, sólo para que “eso nuevo” tenga que compaginar con lo que ya es un hecho, lo previamente clasificado.
El sentido de las cosas, mejor escrito, las cosas sin sentido dado. Escribir ciertamente pone un paño helado a las palabras, expone las raíces del autor, lo desnuda ante alguien más y es capaz de transportar lejos, cerca, o a ningún lado en particular.

martes, 7 de junio de 2011

PASAJERA EN TRANCE

Ella está por embarcar,
quizás consiga un pasaje en la borda.
Ella está por despegar
ella se va.
Ella viaja sin pagar
el viejo truco de andar por la sombra.
Ella baila sobre el mar
ella se va. 

Pasajera en trance
pasajera en tránsito perpetuo
Pasajera en trance
transitando los lugares ciertos.
Un amor real, es cómo dormir y estar despierto
Un amor real es como vivir en aeropuerto.

domingo, 5 de junio de 2011

YA LLEGAN LAS NOTICIAS, CRUZANDO EL MAR

¿hay algo más? siempre hay algo más.
Antonio Seguí (Córdoba)
Puede que no sea tan fácil de ver, sentir o comprender, pero basta con la simple certeza de saber que lo hay para estar seguro que es así.
¿y porqué tanta vuelta si se sabe que lo hay? no tiene porque existir una razón real, mas el hecho de que es así.
¿qué es lo que se debe hacer? no forzarlo, ni idealizarlo, ni pensarlo siquiera. Las palabras en la mente endulzan tanto a las ideas sin forma que las pueden hacer quebrar de ilusión demasiado pronto si la realidad no corresponde...
¿y? y seguir. No hay más por hacer más que seguir, porque lo pasado es eso, pasó. El presente es indomable aunque parezca estático y depositar las esperazanzas en el futuro hasta suena pesimista, resignado. Pero seguir es la acción que describe la transición de un momento a otro: sin pasado, presente o futuro. Seguir no clasifica al tiempo, lo une, lo vuelve una construcción.
¿lineal? no imagines formas, no creas que es una ruta, vereda o un desierto. No creas que seguir supone una construcción tan sencilla. No es imaginable, sólo posible de ser vivida.

sábado, 4 de junio de 2011

QUE DIVIDE TODO LO QUE FUE DE LO QUE SERÁ

Demasiado asustada para hacer el primer movimiento. Y así, la ilusión de escucharlo cerca es insuficiente porque la idea se convirtió en un enorme esperpento que sobrepasa cualquier realidad posible. Es tan sencillo de decir tal como que la cabeza esta hecha un mundo y nadie más cabe en él...más que la imagen de él, sin él. Luego, el hermoso silencio que apacigua toda desesperación es la perfecta compañía durante el día y la noche. Durante ese momento, también se cuela la sensación de poseer ese otro tiempo que no es de nadie, que pertenece sólo a aquellos que se atreven a conversar con su soledad, a preguntarle que tan mal se siente por ser ignorada por tantos, que en el fondo sólo desean el calor y la seguridad de la niñez.Sin notarlo, la mañana trae una nueva manera de evadir los sentimientos  aunque los fieles recuerdos contemplan tus acciones mas racionales a la espera de poder asaltarte con un dejo de melancolía que tus ojos reflejan. 

miércoles, 1 de junio de 2011

REPRIME QUE ALGO QUEDARÁ

ATRAVESALO
No lo fuerces, no lo fingas, no lo imagines, sentilo. Crear confianza es un camino largo, la boca y la voz deben estar presentes, no faltar. 
Alegre, alegre. Los sentimientos se vuelven alegres cuando estan teñidos de gris y de repente se siente esa presencia, la del otro, la de ese que tiene una nuca tan linda que vale la pena llegar hasta la cara, sólo para mirar...
Quedemos de acuerdo en partir después de cenar, no volvamos al punto de encuentro. Prefiero verte allá, más adelante, distante en el tiempo. Cuando el cambio se un hecho en los dos, ahí nos encontraremos. Te voy a invitar a jugar a El Cadaver Exquisito y, entre línea y línea, la piel se va a desgarrar, sangrar y mostrar lo nuevo, el cambio. No será doloroso, será placentero.
Luego, silencio, que mejor compañía que un cigarro, un cuerpo, y silencio. Felicidad. Media luz, oscuridad, a techo abierto u ojos cerrados, sin embargo percibiendo todo. Olor, el del otro, el propio, el perfume que se forma cuando ambos estan cerca, unidos. 
Se tocan. No pueden dejar de tocarse porque estuvieron ausentes uno del otro, sin conocerse.Todavía sin saber quienes son.
Sale el sol, otra noche que pasó y dejó el recuerdo de un alguien que en unas horas será un desconocido, otra vez. 

martes, 17 de mayo de 2011

MIRAME SI QUIERES VERTE PORQUE IMAGEN MIA SOS

Y así comienza una relación: el prejuicio que trae la simple vista.

Y así termina una relación: apuntarlo y condenar su destino deseándole felicidad o pena.

Y en el medio: el despojo del prejuicio y el deseo de que el fin no llegue.

Mas o menos así son las relaciones, salvando los detalles (venganzas, patologías y eventuales crímenes pasionales), pero al fin nunca se acaba una relación del todo. Eso tiene su encanto desde un punto de vista muy rebuscado, pero tiene su encanto, ¿en qué? en que no se puede asegurar que en el mañana no estes para mi, o ella, o ambas.
¿Cuál fue esa promesa que hiciste? ah si, que siempre vas a estar. Siempre fue mientras duró. Siempre fue ayer, Siempre murió.
¿Y esta mal? no, ¿te culpo? no, ¿hubiera deseado haberlo sabido antes? por supuesto, ¿te hubiera evitado? quizás, ahora yo la juego de importante.

Pero tocame, antes de dormirte me gustaría que me des otro beso. Los dias son brillantes pero aún no distingo el resplandor del tesoro. Encerrame en tu gentileza, desmenuzame para saber quien soy. No olvides que las calles son campos que no mueren. Siempre nos esperan, y al volver es necesario adaptarse, buscar mil maneras de pasar el tiempo hasta volver a encontrarte.

domingo, 15 de mayo de 2011

UNIRSE O SER APLASTADO

"No veo la diferencia entre ser referido como un nombre o número, siempre y cuando me garanticen la ilusión de la libertad"

Excelente punto de partida para pensar en varios temas que acechan la mente de quienes pensamos que la libertad es una utopía: su concepto, y desde que momento un ser humano es un individuo dentro de la sociedad.
Comunmente tener nombre es un claro signo de que el proceso de socialización tiene éxito en nosotros, aunque simplemente lo pensemos como "mi nombre es..., o yo soy...". Pero ese nombre no es más que una palabra que para nosotros se encuentra cargada de cierto significado, ¿y si ese sentido de significado lo tuviera un número?. En este punto comprendo la reflexión de la frase: no existe diferencia alguna entre tener un nombre o un número por nombre, simplemente el uso de uno u otro se encuentra sujeto al significado que pueda cargar para nosotros y para quien así nos ha designado.
La cuestión de la libertad sin duda es mucho más amplio, pero dentro de esta frase goza de una denotación poética. El autor simplemente pide que a cambio de ser sometido a la sociedad (con todas sus implicancias), no le quiten la simple esperanza de tener un margen de espacio privado que le sea propio. La seguridad de la fe esta representada por la palabra "libertad": no en un sentido religioso, sino como equivalente al anhelo de la realización, al tiempo en que se cree fervientemente en ello a realizarse: la libertad.



lunes, 9 de mayo de 2011

NADA MÁS NUEVO QUE VERTE DE NUEVO

La distancia que tiene el poder de hacer crecer el deseo. La distancia...que se vuelve el refugio de la cobardía por no dar ese paso hacia la nada, o el éxito. Podría ser sinónimo de miedo, pero no esta vez. El miedo paraliza, otro poder bien conocido, en cambio la distancia logra excitar cuando se sabe que aunque el camino sea largo, tiene un destino final.
Se es capaz de ser feliz en la distancia, durante la espera, cuando no solamente vale la pena la espera (a falta de una expresión menos trágica), sino que el tiempo de espera es en realidad otro camino hecho. Una senda haciéndose, nada más que para poder dominar eso que se sabe que es el destino final.
Siempre hay algo más: entre los silencios, las miradas, los saludos esquivos... Las noches de este otoño traen una sensación insólita que enreda y quiebra la mayor incredulidad: la tuya, que desde tu distancia ya compartimos lo nuevo que ninguno sabemos. Pero se sabe que es el destino final.

domingo, 1 de mayo de 2011

Sabías más ayer que hoy

Eso es lo que tiene andar en la vida, uno finalmente puede apreciar que la ignorancia de ayer es lo que hoy cuesta dejar. Con un poco de honesta autocrítica y usando un sentido un poco retorcido de algunas palabras, a falta de no poder encontrar las correctas que expresen lo que pienso, podría asegurar que hasta extraño la ignorancia de ayer.
Pero no, lo que hace extrañar es ese maldito sentimiento de la rutina: el no movimiento de la mente (¡sólo de la mente!) entre lo que nos rodea, termina atándonos a lo efímero que momentáneamente hoy esta a la vista.
¿Y que más no permite cambiar? ¿El sueldo fijo de ese trabajo que no te gusta, ni siquiera te interesa hacer? ¿La seguridad aparentemente reconfortante de la monotonia luego de haber conseguido ese trabajo que te da ese suelo fijo...? ¿Los seres queridos? ¿Los mismos seres queridos que quieren verte feliz pero parecen desaprobar la simple idea de CAMBIAR algo en la vida?